viernes, 19 de julio de 2013

Capítulo 4.

Me desperté gracias al despertador. Eran las 8:15 AM. Mire por la ventana, y vi como el sol empezaba a alumbrar mi habitación blanca. Anoche en cuanto terminé la maleta, me quedé dormida. Estaba muy cansada, y hoy tendría que coger el avión. Me levante de la cama, y me puse el jersey y las mallas que dejé ayer preparados. Abrí la puerta de mi habitación y fuí hacia el servicio, me lavé la cara y me hice una trenza. Me eché un poco de rimel para sentirme un poco mejor. Cogí la maleta y el neceser y bajé abajo. Estaba mi madre con Patricia.

-Buenos días.-dije mientras bostezaba.
-Buenos días cielo, ¿cómo estas?-dijo Patricia mientras sonría a la misma vez que mi madre.
-Bien, bien. ¿Y usted?-dije mientras me sentaba en una silla.
-Bien cariño, bueno, espero que tengáis un agradable viaje.
-Gracias.-dije sonriendo.

A la media hora nos fuimos, y un taxi nos recogió en la puerta de casa para llevarnos al aeropuerto. Tardamos como una hora en llegar. Una hora en silencio con música de fondo. Creo que eran "The Beatles" no era fan ni nada, pero algunas canciones molaban. Bajamos y entramos en el aeropuerto. Había muchos pasillos y muchísima gente. Mi madre me guió, entregamos los pasaportes, y fuimos a sentarnos. Yo encendí el móvil y puse música. Me puse los auriculares para no molestar a nadie. Y escuché "Made in the USA" de Demetria. Me encantaba esa canción. De repente mi madre me quitó un auricular.

-Natalia, vamos que tenemos que embarcar.

Fuimos hasta llegar a una cola de gente. Cuando llegó nuestro turno entregamos los billete y entramos por una especie de pasillo con cristales. Entramos en el avión y nos sentamos en nuestros correspondientes asientos. Entró más gente. La azafata se colocó en medio del pasillo y hizo las típicas señales, por si hubiera cualquier problema durante el vuelo. Tumbé la cabeza para un lado y creó que me quedé dormida.

-Natalia, cariño, ya hemos llegado.

Abrí los ojos, y vi como la gente salía del avión para adentrarse en el pasillo aquel. Nos levantamos y hicimos lo mismo. Recogimos las maletas y fuimos a la entrada. Cogimos un taxi que nos llevó a una urbanización en el centro de la cuidad. Bajamos y mi madre abrió aquella cancela oxidada y verde. Caminos hacia un bloque. Bloque 4. Mi madre abrió y pulso el botón del ascensor. Nos miramos y como un autoreflejo, sonreimos. Subimos al ascensor y mi madre pulsó el número 3. Llegamos mi madre abrió la puerta y entramos. Era una piso precioso.

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