sábado, 20 de julio de 2013

Capítulo 5.

Bueno, la verdad es que la idea de mudarme no me había emocionado, pero tampoco me importaba. Decidí que sería bueno investigar el barrio y salí a dar un paseo. Aquello era precioso. Llegué a una plaza, estaba llena de gente. Niños jugando con coches eléctricos, madres hablando sentadas en bancos de hierro, adolescentes sentados con la música a todo volumen...En una esquina, había un starbucks, y decidí tomarme un frappuccino de caramelo. Entré y una señorita de aspecto joven y simpático me atendió.

-Buenas tardes, ¿qué desea?
-Buenas tardes, un frappuccino de caramelo por favor.
-¿Algo más? Dígame su nombre por favor, si no le importa.-dijo mientras cojía un vaso y marcaba una casilla y a continuación escribía mi nombre.
-No, gracias. Sí, claro, me llamo Natalia.
-Muchas gracias, son 3, 90€ por favor. Enseguida le nombrarán para que vaya a recoger su frappuccino.

Le sonreí, y me esperé apoyada en el mostrador mirando como hacían mi frappuccino. 

-¿Natalia?
-Sí, soy yo. Gracias.
-De nada, que aproveche.

Subí a la planta de arriba, para mi suerte había una estantería de libros y podría leer. Hacía tiempo que no leía y moría por leer algo. Escogí un libro que se llamaba "Escucharás mi corazón" de Alessio Puleo. Tenía buena pinta. Me senté en un sofá verde con mi frappuccino y mi libro, empecé a leer.

-Perdone.-dijo alguien de voz grave.
-¿Sí?-levanté la cabeza y era un chico de 18 años más o menos.
-¿Me puedo sentar en el sofá este? Es que no hay sitio. Y al igual que tú, me apetece leer algo.
-Sí, claro, siéntese.
-Muchas gracias.

Le sonreí y seguí leyendo, pero no podía concentrarme. Aquel chico me atraía. No sé, es mi primer día en Valencia, y hasta dentro de dos semana no empiezo el instituto. Debería preocuparme por eso, pero es que necesitaba conocerlo. Algo, como un sexto sentido me decía que le pidiera su número. O a lo mejor es que necesitaba un abrazo. Sí, sería eso. Pero parecería una loca. Aunque aquí nadie me conoce, no creo que vuelva a ver a este chico en la vida, así que, le interrumpí la lectura.

-Perdona.-dije levantándome.
-Dime, yo también me voy.-se levantó. 
-Es una pregunta estúpida, igual que yo, pero, ¿me podrías dar un abrazo? 
-Claro.-se acercó a mí y me abrazó mientras se reía. Me sacaba como dos cabezas.-Pero, ¿se puede saber por qué?
-No sé, necesitaba uno.-dije mirando al suelo.
-Pues toma, si necesitas otro aquí tienes mi número.-me dio un papel con su nombre y su número.

Se fué. Se llamaba Gonzalo. Bonito nombre, pero yo sólo quería un abrazo, o eso trataba de autoconvencerme.

4 comentarios:

  1. ¡¡¡¡¡Guau!!!!! ¡Más, más!

    Bss...

    [¡Qué sorpresa!]

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  2. He leído 13 años !?
    Vuelvo del blog de Sir, he tenido que ir a comprobarlo ... no me lo puedo creer !!!!
    PRECIOSO.

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  3. me gusta, mucho ánimo, lo haces muy bien, felicidades.

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  4. Muchas gracias a todos, jajajaj, ahora voy a subir otro capítulo, besos.

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